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Resiliencia

La palabra resiliencia la descubrí hace poco. Diría con más precisión hace menos de 1 año en algún seminario online al que me suscribí. En dicho seminario se hablaba de la palabra como la capacidad de hacer frente a grandes desafíos y superarlos de forma óptima; al menos eso es lo que se me quedo grabado en la cabeza. En ese momento pensaba en la palabra y lo relacionaba al mundo laboral, al trabajo corporativo, a realizar el máximo esfuerzo y traer ideas innovadoras y creativas. Estaba equivocada, al menos en a la amplitud del concepto.


Resiliencia es un sustantivo que la Real Academia Española incorporó al Diccionario de la lengua española (DRAE) en su edición de 2014. Es relativamente nueva en nuestro idioma. Según la Real Academia Española; la palabra Resiliencia significa la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Y, por otro lado; capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.


En Wikipedia encontré un concepto ligado a la psicología que describe la palabra Resiliencia como la capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos. En un principio se interpretó como una condición innata luego se enfocó en los factores no solo individuales, sino también familiares y comunitarios y actualmente en los culturales.


Porque hablo de está palabra en especial, pues porque siento y pienso que describe el estado en que debemos estar aquellos que afrontamos grandes desafíos. En mi caso, creo que ha sido una serie de etapas o pasos en que he llegado al entendimiento de que necesito para permanecer en este estado. De constante adaptación y visualización de que saldrán cosas positivas de todo esto. Si alguien dice que para tener resiliencia hay que tenerlo en tu ADN, considero que está equivocado, se puede desarrollar y aquí les mando aquellos pasos que considero que son básicos.


1. Aceptación. Al enterarte de la noticia, la causa del inicio del proceso al cual debes adaptarte, tomate tu tiempo en procesarlo, en entender bien que es, que es lo que te está pasando, a que le debes tener precaución, miedo, entiende bien el problema, situación, proceso, asúmelo. En mi caso, yo me tarde en darme cuenta que nuevamente tenía cáncer como en dos semanas, venían análisis y decía no es verdad, están equivocados, seguro en la tomografía no aparecerá, llegaba la tomografía; y era lo que temía, pero mi proceso de aceptación fue duro y lleno de incertidumbres. La aceptación de lo que te pasa solo puedes tenerla tú, y solo puedes procesarla tú.


2. Desahogarse. A mí me paso, cuando finalmente entendí que tenía cáncer por segunda vez y que esta vez era metástasis, no pare de llorar en horas, no podía entender porque me pasaba esto nuevamente y de una manera tan rápida. Me tomo horas de llantos y cólera poder desahogarme, sentía entre miedo, rabia, cólera, todos sentimientos negativos, pero tenía que sentirlos, un día levanté y me dije, ya me desahogué, es hora de hacer algo distinto a seguir lamentándome. En este paso es muy importante distinguir cuando fue suficiente.


3. Plan de Acción y metas claras. Luego que ya aceptaste, sufriste, procesaste y te lamentaste y te diste cuenta de que era hora de parar; es hora de pensar que hacer para superarlo. Decidí que haría todo para sanarme, estaba decidido, no me iba a vencer la enfermedad, me curaría, disfrutaría a mis hijos y estaría con mi esposo hasta viejitos, gozaría de mi familia, de mis papas, de mis amigos, no me alejaría por nada. Claro, todo esto en pandemia, lo cual hacía un tanto más difícil las cosas, pero no imposibles. Lo primero que pensé es que seguiría haciendo ejercicio, los últimos meses había entrenado muy duro y no dejaría de hacerlo, fue mi primera determinación. Así que, hasta hoy, habiendo pasado ya 4 meses sigo haciendo yoga, ejercicio que si puedo hacer, y lo hago al menos 3 a 4 veces por semana. Adicionalmente decidí que comería mejor, tema que para mí es muy difícil, pues me encanta comer, me encantan los postres y la comida que hace mi esposo, quien para mi suerte es Chef. Pero finalmente decidí dejar de comer carnes, grasas, lácteos, carbohidratos refinados, empecé a tomar extractos verdes, comer más sano, dejar la fritura. Adicionalmente, decidí que no se me caería el pelo, cosa que increíblemente he conseguido hasta el momento, ya llevo como 6 quimios y hasta ahora sigue aquí, cae poco a poco, pero sigue. Veremos que pasa. Así fui haciendo una lista de cosas que me servirían para superar la enfermedad, y por último decidí tener ayuda psicológica, gran decisión puesto que solita uno no procesa a veces todo lo que pasa y yendo a la psicóloga descubrí una terapia mágica que se llama Terapia de Sonidos por cuencos tibetanos, increíble. Ir a la psicóloga me ha permitido hablar fuera de la familia, fuera del circulo y entender más cosas que a veces uno no se permite, una gran decisión.


4. Mirar adentro. En este punto, me refiero a ver que hay en mi interior, que tengo que sanar, porque finalmente el cáncer, muchas veces es emocional, y en mi caso luego de mil pruebas genéticas negativas, creo que es mi caso definitivamente. Actualmente me encuentro entre meditaciones, yoga y los cuencos, actividades que me permiten explorar mi mente, entender mejor las cosas y encontrar calma. La calma es fundamental. Hay muchas veces que quiero gritar, que me irritan cosas simples, pero el día que he meditado es mucho menor y mejor, vale la pena mirar adentro mediante la meditación.




5. Intentar trascender, en el sentido de pensar que de bueno saldrá de todo esto. Pues bien, si estoy en mi segundo cáncer, pues definitivamente hay algo que tiene que salir bien, algo positivo, no puede quedar en nada, si no me llego a curar, pues tendré que haber dejado huella de algún modo, y eso lo reflejo primero en la relación con mi familia, con mis hijos y ahora en la intención de ayudar a través de este blog, al menos llegaré a personas que me quieran leer y compartir es trascender al menos si ayudaste a alguien.


Pues aquí esta, la fórmula que me funciono a mí para llegar a la resiliencia, al menos siento que la tengo, pues sigo en pie, sigo fuerte, las quimios no me afectan mucho, estoy disponible para mis hijos casi al 80% diría yo. A pesar de que hace 2 meses me descubrieran nuevos tumores, pase por los mismos pasos, aceptación, desahogo, plan de acción, metas, interiorizar y nuevamente trascender. Sigo en pie, estoy fuerte internamente.


Cuando uno llega a la resiliencia y puede ser ejemplo para alguien; pasan cosas lindas, no saben la cantidad de presentes y cariño que he recibido de amigas, no busco que me regalen cosas, ni mucho menos, pero saber que piensan en ti, que estas presente en su mundo, ayuda tanto. Saber que me preguntan cada quimio como estoy, si me siento mejor; y ahora que son semanales cada martes recibo todas las mejores vibras. A mis amigas las de siempre, las de hace un tiempo y las amigas que mis hijos me han regalado les digo: sus buenos deseos, vibras, oraciones funcionan, claro que sí, me llega y me fortalece. Gracias por eso.


Finalmente, quiero dedicarle un párrafo a una persona que conocí hace años gracias a mi primo, una linda chica que lamentablemente tenía una enfermedad mortal, de esas enfermedades que te van deteriorando y finalmente no puedes seguir luchando porque ya no es físicamente posible. Ella falleció este lunes 1ero de marzo, luego de años de luchar, de vivir intensamente, de brillar, de expresarse y seguir luchando. A ella le dedico mi post, pues para mí siempre fue un ejemplo claro de la palabra Resiliencia. Brilla Majo, ilumínanos ahora que estás arriba, se que nos volveremos a ver. Se que sí. Dejaste huella en mi y en los que te conocimos. Trascendiste con el gran ejemplo de vida que nos mostraste. Un beso al cielo.


Gracias por leerme y como saben cualquier pregunta, será bienvenida.

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