Mi camino
Hace semanas que no escribo nada; he estado en un viaje interior de descubrimiento, nuevas ideas, nuevas creencias. Leyendo mucho, alimentándome bien, haciendo ejercicio, haciendo mi vida y disfrutando del día a día. Soy feliz la mayoria del tiempo; tengo una linda familia, un esposo incondicional, hijos maravillosos, papas y hermanos siempre para mí apoyándome y ayudándome; amigas y amigos que me quieren, me dan buenas energías, que rezan por mí; ¿que más le puedo pedir a la vida? Las cosas materiales son efímeras pero las espirituales, las que son del alma son las que tienen sentido.
Esta semana mi indicador tumoral volvió a subir considerablemente, esta vez no me deprimí, no me caí, lo acepto y es un número. No me define, ni me representa. Me siento bien; me siento viva.
Me sorprende como suceden las cosas; pareciera que la vida tiene muchas cosas aun por enseñarme, aun debo recorrer este camino de sanación. Tal vez vengan nuevos tratamientos, tal vez viaje al extranjero y tal vez vuelva mi peor temor que son las quimios.
Esta vez siento que estaré bien y que es lo que me tocó vivir, como lo he mencionado antes. Tengo todo para salir adelante, es una bendición y siento que en algún momento ocurrirá el milagro, estaré sana físicamente, corporalmente; porque por fuera me siento mejor que nunca. Estoy en paz y estoy feliz.
Todos tenemos desafíos en la vida y definitivamente nuestra actitud y ser hace la diferencia en como nos afectará.
Pongamos las cosas en perpectiva, la vida es lo primero; como impactamos y como servimos es lo que definirá finalmente quiénes fuimos.
Un abrazo a todos los que me leen; están conmigo en este viaje que es la vida.
